Seguramente tengas miedo de pasar tus bitcoin de un Exchange a un monedero frío. Te sientes más tranquilo confiando tu dinero a un tercero, pero no es lo ideal. A continuación te voy a contar mi historia configurando mi primer monedero frío.
A mediados de 2017 descubrí bitcoin por casualidad. Me había pasado muchos meses aprendiendo ciberseguridad y que era el dinero. Me gusta mucho la parte de hacking ético y siempre quise aprender.
Por otro lado, me apasiono descubrir cómo funcionaba el dinero, su historia, que es, … Y no paraba de ver documentales o leer libros relacionados.
Fue una época en la que dejé mi trabajo en el mundo de la joyería para aprender y evolucionar. Desde los 16 años trabajé en el gremio de la joyería, un gremio totalmente chapado a la antigua, donde no se podía probar nada que fuera moderno.
Así que, por un lado, es bastante normal que buscando una alternativa al sistema económico actual y estudie o ciberseguridad haya llegado a dar con bitcoin, pero vamos, pura casualidad.
No tuve ninguna persona que me ayudara con bitcoin, ni que me lo hubiera recomendado. Todo lo aprendí por mi cuenta, leyendo e informándome con Google y poco más.
Empece comprando 1 ETH cuando costaba 40 $, sin saber muy bien que era. Como la mayoría de los usuarios nuevos, lo hice a través de un exchange, en aquella época Coinbase era el máximo referente de largo, así que ahí lo compré.
Después de unos meses seguí informándome y aprendiendo sobre este nuevo mundo que era totalmente desconocido para mí. Descubrí que había unos programas llamados monederos donde se podían almacenar las criptos.
Estos programas permitían usar bitcoin desde un móvil u ordenador, muy sencillos de usar, con unas interfaces muy básicas, para que cualquiera pudiera usarlos. El “problema” es que daban unas palabras que había que proteger muy bien. Aunque no entendía muy bien el significado.
Como a mí me encanta hacer pruebas y ver que pasa, me decidí a descargar uno en el móvil y probar. La instalación fue sencilla, pero las palabras me tenían un poco loco.
No paraban de saltar avisos de que apuntara en papel y boli esas palabras, que no las compartiera con nadie, que no las metiera en ningún dispositivo con internet, … De todo vaya.
Parecía importante.
Una vez configurado me envié de Coinbase un poco de ETH para ver cómo funcionaba. Llego sin problemas. Se veía que todo estaba correcto y el saldo estaba bien.
Primer paso, usar un monedero de móvil conseguido. Ahora pasamos al siguiente paso, descubrir que existe algo llamado monedero frío, que es muy parecido, pero da más importancia a las palabras y, por tanto, es más seguro.
Era como una mejora en cuanto a la seguridad, un salto muy grande. Las famosas palabras no tocaban internet, cosa que las del móvil sí. Además, para sacar los bitcoin del monedero hacía falta apretar unos botones físicos que trae el dispositivo. Aunque me hackearan, tendrían que venir a mi casa a apretar el botón del dispositivo.
Por aquel entonces no había mucha variedad como ahora, apenas conocí dos modelos. Ledger nano y trezor one. Ni idea de cuál era mejor o que diferencias tenían. Así que me puse a comprar uno para seguir haciendo pruebas.
En esa época ya había entrado a un Telegram de mi región y me pasaba el día leyendo, no escribía nada porque no entendía la mayoría. En una de esas, un chico dijo que vendía 2 ledger nano por 20 € menos que si lo compraba en internet.
Pues le abrí un privado y le dije que se los compraba, solo quería 1, pero por ese precio, me quedaba con dos para probar. Quede con él, me dijo que dejaba las criptos que estaban muy caras y lo había vendido todo, que por eso los vendía. Espero que no lo haya hecho al final o se habrá llevado un buen palo.
Me los dio sin abrir, precintados y todo parecía correcto. Pero esto fue un error, NUNCA compréis un monedero físico a alguien de segunda mano. Me los pudo haber dado hackeados o manipulados y yo, que no tenía ni idea, no me habría enterado.
Por fortuna tenía pinta de friki y no fue el caso, sigo teniendo esos ledger y no ha habido problema. Entre frikis nos entendemos. Pero lo dicho, fue un error muy grande.
Siempre, siempre comprar el dispositivo en la casa oficial. No vale nada de Amazon ni cosas parecidas. Hace tiempo salió que varios ledger nano que venían de Amazon habían sido hackeados y les vaciaron los fondos a sus compradores.
Si al final te decantas por comprar un ledger nano S, te dejo el enlace de la página oficial aquí para que lo puedas comprar directamente. Es un referido mío, si lo compras a través de ese enlace a ti te cuesta lo mismo y a mí me dan unos 4 €.
Dos tips de seguridad, no lo pidas con tu email habitual, hazlo con un email que te crees nuevo y solo uses para eso. Y segundo tip importante, no lo pidas a tu casa, pídelo a la oficina donde trabajas, a un apartado de correos o similar.
Esto es porque hace tiempo a Ledger les hackearon la base de datos de su tienda online, sacando la información de la gente que había comprado un ledger y su dirección. Una cagada enorme por parte de Ledger. Echaron al jefe de seguridad y a 2 o 3 más y ficharon a dos jefes nuevos y varios empleados más.
Sigamos con mis ledger nano. Llegue a casa con mis dos ledger comprados en frente de un McDonald’s. Me puse a configurar el primero. Tenía una ayuda bastante mala, muy cutre, pero suficiente.
No es como ahora que te bajas una aplicación y tienes una guía muy chula que te ayuda a configurarlo sin problema. Pero bueno, me apañé para configurarlo siguiendo los pasos poco a poco.
Una vez configurado y teniendo las palabras muy guardadas me puse a enviar fondos desde Coinbase, lo normal. Aquí me vino el primer susto. Desde que salen de un exchange hasta que salen reflejados en el ledger nano pasa un rato, a día de hoy unos 20/30 minutos como mucho, puede que menos.
Pero cuando los mande yo era momento de congestión de la red bitcoin y tardaban mucho más. De hecho me tardo como 1 hora, no recuerdo, sé que en mi cabeza fue una eternidad. Eran unos 300 € o algo así, no es que sea una burrada, pero era casi todo lo que tenía en aquel entonces.
Lo primero que pensé es que había configurado mal algo y que no había hecho bien la parte de la dirección de envío.
Lo siguiente que me habían hackeado y me había quedado sin mi dinero.
Lo tercero que creí fue que el friki que me lo había vendido, me lo había manipulado y ahora esos 300 € eran de él.
Pensé de todo en esa hora, según pasaban los minutos empezaba a pensar en peor. Cada poco daba a refrescar, a ver si aparecían, pero nada. Me había quedado sin el dinero.
¡Pero no! ¡Al final acabaron apareciendo!
¡Después de volverme loco durante 1 hora sin saber donde estaba mi dinero, el saldo salía reflejado en el ledger! Fue una alegría muy grande, aunque parezca una tontería.
Quería decir que todo lo que había hecho estaba bien y que efectivamente el dispositivo servía para guardar los bitcoin con más seguridad. Fue un gran paso para mí, aunque sufrí mucho por el camino.
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